La soledad no te enseña a estar solo sino a ser único.
Émile Cioran
lunes, 15 de septiembre de 2008
Siesta

Las cáscaras de cal descubrían rupestres circunvalaciones;
sombras, oscuridad, trazos que delineaban un hábitat espectral.
Juego de deleite infinito en la inmovidad;
caleidoscopio sensorial
entrenimiento ocioso.
Ansioso devenir, titiritar de la primera desnudez.
Deslizarse y sobarse; dilatar el movimiento
de cadenas de falange.
Restregarse dentro de la carne,
rasguñar la piel, desgarrar ligamentos,
cortar tendones, descuartizar las partes,
salir de sí.
Isaúl Ferreira
Suscribirse a:
Entradas (Atom)